sábado, 1 de junio de 2013

Comentario lectura libro: Cómo librarse de la tele y sus semejantes

¡Buenas noches!

Antes de concluir con mi blog, me gustaría añadir un comentario personal sobre el libro de López Herrerías Cómo librarse de la tele y sus semejantes. Ayudas para educar en el análisis de contenido, que he leído acerca de la manipulación de medios de la información y cómo debemos educarnos en la comprensión de imágenes.
Espero que os guste y os anime a leerlo. ¡A mí me ha gustado mucho!

Antes de todo, me gustaría señalar que esta obra se escribió en el año 1998 por lo que si algún dato no concuerda con la actualidad, sugiero que se tenga en cuenta la fecha de publicación.

Esta obra trata sobre los medios de comunicación de masas realizando una crítica hacia su uso, al poder que tienen y al control que ejercen sobre todos nosotros: la mediación de la información adecuada para mantenernos en la distracción, el consumo, la masificación y la uniformidad.

Con ello, no quiere decirse que haya que dar la espalda a las nuevas tecnologías, sino que debemos enseñar a las nuevas generaciones a liberarse del pensamiento común de masas, a reflexionar  y ser críticos con los medios.

Este libro me ha parecido muy  interesante porque me ha dado una nueva perspectiva para enfocar las imágenes e informaciones que nos transmiten los mas-media.
En él se habla de la gran influencia que ejerce la televisión y el resto de medios hacia las personas, de cómo nos manipulan y nos mantienen hiperestimulados para que no pensemos.

El autor, nos da las preguntas que debemos hacerle a la información y nos da las respuestas para alfabetizarnos entorno a la imagen. También, habla de la importancia de la sociedad para construir nuestro yo, nuestra personalidad. Otro punto interesante es cómo los medios nos uniformizan en necesidades y deseos nublando nuestro juicio e ideología. Más adelante, habla de ese cambio que debemos hacer como adultos y pedagogos para enseñar a ser críticos a las nuevas generaciones, hace un resumen de cómo enfrentarnos a la información sesgada que nos llega. Por otro lado, los explica los aspectos positivos que pueden transmitirnos los MCM pero que somos las personas las que debemos utilizarlos de forma adecuada. Y para ser capaces de discernir entre la información relevante de la que no lo es o está manipulada, el autor nos da las pautas para hacer análisis de contenido. Por último, explica cómo puede ayudarnos y sernos útil dicho análisis: para poner distancia con las imágenes que nos llegan, ser críticos con éstas y llegar a ser capaces de comparar y contrastar informaciones posiblemente manipuladas.

Es muy importante crear libros de este tipo en los que se destapan numerosos secretos que los grupos de poder no están interesados en que conozcamos. A ellos les mueve el consumismo, el poder, el dinero y las audiencias (no del contenido del programa o del contenido de información que quieren comunicar). Por ello, nos crean falsas necesidades y deseos, nos chantajean emocionalmente, nos hacen creer que ciertos estereotipos son normales, que compremos en cantidades excesivas y del mismo tipo y que todos pensemos lo mismo, sigamos a la masa sin reflexionar. Y lo que debemos hacer es utilizar toda esa información de la que disponemos a nuestro favor. Saber buscarla, contrastarla, analizarla y reflexionar sobre ésta.
Podemos poner el ejemplo de la contribución al progreso de los filósofos (con tan pocos medios e información) en comparación a la actualidad que desarrolla individuos idénticos que reproducen acciones sin pensar.

En mi opinión, los educadores deberíamos fomentar más éste tipo de lectura que lleva a la crítica, a la reflexión de las manipulaciones a las que sutilmente nos someten. Porque estamos por algo en la era del conocimiento, disponemos de toda la información que necesitamos y lo “único” que se nos pide es alfabetizarnos  sobre ello.


¡Espero que os haya gustado!


Fuente:
López Herrerías, José Angel. (1998). Cómo librarse de la tele y sus semejantes. Ayudas para educar con el análisis de contenido. Madrid: CCS.

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